Final de Libertadores en riesgo y los graves daños sociales

La Copa Libertadores es un torneo de un prestigio importante en todo el mundo, desde su creación en 1960 se ha ganado el respeto de muchos por su alta competitividad que sin duda es muy alta durante cada temporada

No es muy complicado ubicarla dentro de lo más alto de la tabla en cuanto la importancia de cada torneo en el mundo, ya que está en el segundo lugar después de la Champions League, los números están ahí y eso indican, además la mayoría de las figuras que luego dominan Europa, comienzan a dar sus primeros pasos en el fútbol sudamericano y se dejan ver en el torneo probablemente más duro de todos
 

Uno de los principales problemas que ha tenido este torneo para establecerse como una referencia, que ya lo es, seguramente sea lo social, sigue arrastrando los problemas con los que conviden de forma diaria en Sudamérica, problemas con los fanáticos, desorden en la organización, estadios en muy mal estado realmente, por lo que parten con una desventaja notoria en cuanto a lo organizacional, que es uno de los puntos fuertes que ha tenido la Champions siempre

El nivel incluso pudiera acercarse más, acá juegan los que posteriormente iluminan los campos en el viejo continente, por lo que no pasa totalmente por ahí, es una cuestión de cultura, el enfrentamiento de los fanáticos que vuelve peligroso el ir a un recinto de estos, cuando debería ser de lo más tranquilo y un espectáculo para el entretenimiento de todos

Batalla previo a la final

Se ha vivido una batalla campal entre los hinchas de Boca Juniors de Argentina y Fluminense de Brasil, que van a disputar el partido en suelo carioca, precisamente en el Estado Maracaná, mítico e histórico, debido a que los Brazuca han intentado agredir a todo el que use una playera de la escuadra argentina, desatando una ola de violencia importante, que a su vez ha llevado que jefes de la barra bostera amenacen en redes sociales a los brasileros y creen un ambiente extremadamente pesado con la posibilidad de jugar a puerta cerrada