Fútbol Europeo

Haaland está desatado. Lo que hace el jugador para pasearse un rato.

La juventud, el dinero y la fama parecieran estar mareando al jugador noruego.  

Por Alejandro Barrera

La juventud, el dinero y la fama parecieran estar mareando al jugador noruego.  

Erling Haaland causó furor en sus extravagantes, pero merecidas vacaciones tras conquistar el Triplete con el Manchester City. Junto a su guapa novia, Isabel Haugseng, el imponente delantero se dejó ver en el sur de Francia y España, viviendo experiencias al límite que habrían llegado a cuestionar qué tan ubicado estaría el jugador o si no habría perdido el piso.

El goleador de 22 años, que marcó 53 goles en 52 partidos, disfrutó de su descanso en lujosos yates, practicando esquí acuático en la Costa Azul y presumiendo de impactantes looks de ropa de diseñador, y nuevos estilos a la hora de moldear su larga cabellera.

El momento cumbre, al menos para todos sus fans, fue cuando se difundió un emocionante video en donde Haaland muestra sus habilidades futbolísticas al lanzarse por un tobogán de piscina y realiza desde una gran altura, un espectacular disparo en el aire. No obstante, no todos aplaudieron el acto, ya que al igual que la práctica del esquí, esta práctica fue imprudente y peligrosa considerado la profesión del noruego. Ni hablamos de la imagen que habría trascendido sobre el delantero fumando un puro, lo cual causó repudio por la comunidad deportiva, al ser considerados ejemplos para las niños y futuras generaciones. 

El número 9 del Manchester City, reportó con su equipo tras unas controversiales vacaciones y al parecer, los excesos no son problema pues en su gira por Japón, Haaland ya se estrenó como goleador.

Haaland también hace alarde de su ostentoso estilo de vida

Fue visto recientemente junto a su amigo, paseando en su deslumbrante Ferrari de más de dos millones de dólares, un modelo único y exclusivo que solo 499 personas en el mundo pueden disfrutar. Es sabido que gusta de esta marca de autos y que su colección es extensa, sin embargo, no deja de impactar a propios y extraños. 
 

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